Le rôle des émotions

El papel de las emociones

EL PAPEL DE LAS EMOCIONES

Las emociones, si no se controlan, pueden contaminar rápidamente nuestra vida privada. La capacidad de aceptarlos mejor se llama inteligencia emocional. Por eso, para convertirlos en una fortaleza y no en una debilidad, es mejor saber identificarlos, comprenderlos y expresarlos.

IDENTIFICA TUS EMOCIONES

Sean agradables o no, todos sentimos emociones, de forma natural. Está bien estar enojado, avergonzado o triste. Así como no es obligatorio reír, estar feliz o en paz. Las emociones son únicas para cada persona, al igual que las reacciones y expresiones que conllevan.

Identificar una emoción será el primer paso que te permitirá gestionarla mejor. De hecho, sin saber de qué se trata, a menudo resulta complicado solucionar el problema. Identificar la naturaleza de la emoción sentida (y si es posible, su origen) ya será un gran paso hacia la reconciliación emocional.

Una vez completado el primer paso, ahora se trata de comprender lo que hemos logrado identificar.

ENTIENDE TUS EMOCIONES

Para expresar mejor lo que sentimos y ser comprendidos cuando lo hacemos, es importante comprender nuestras emociones nosotros mismos.

Ahora que los hemos identificado con éxito, podemos intentar comprenderlos. Comprender una emoción significa comprender lo que se esconde detrás de ella: la reacción, la necesidad, la percepción o incluso la consecuencia (la acción que resulta de ella, la expresión del sentimiento).

Pongamos un ejemplo: un amigo te critica por un tipo de comportamiento que no aprecia en ti. Esto te entristece especialmente y llevas varios días pensando constantemente en ello. Piensas que lo que te pone terriblemente triste es el simple hecho de que esa persona te lo haya reprochado. Sin embargo, hay más detrás de esto. En realidad, tu necesidad de ser estimado y reconocido dentro de un grupo no está satisfecha. Esto es, en última instancia, lo que te pesa más que el reproche en sí. La percepción será el hecho de que te des cuenta de que le das mucha importancia a la forma en que te ven los demás.

A partir de esta observación, podrás trabajar en ti mismo para gestionar mejor lo que sientes la próxima vez que te suceda una situación similar.

EXPRESA TUS EMOCIONES

Ahora pasemos al paso que puede parecer más complicado: expresar tus emociones.

Expresar los propios sentimientos tiene muchos beneficios: informar a nuestro interlocutor de lo que sentimos, facilitar la relación con nuestro interlocutor, gestionar mejor nuestras emociones en el futuro o simplemente sentirnos más ligeros. Esta expresión puede ser tanto individual como dirigida a otra persona.

Debe hacerse con sinceridad, para que el mensaje que realmente quieres transmitir sea claramente entendido por tu interlocutor. Por ejemplo, cuando un padre expresa enojo hacia su hijo cuando en realidad él (el padre) siente miedo.

Las emociones siempre estarán ahí, nos permiten vivir el momento presente y sentirlo de una manera única y personal. También nos permiten poner palabras a lo que sentimos y esto puede ayudarnos a comunicarnos con los demás.

Fuentes