El yoga es un antiguo arte de vivir que se remonta a unos 200 años antes de Cristo. Es la práctica de un conjunto de ejercicios de respiración y posturas encaminados a proporcionar bienestar físico y mental.

Existen varias formas de yoga, cada una centrada en un aspecto específico de la práctica.

Por ejemplo, el Vinyasa es un yoga bastante dinámico durante el cual la secuencia de posturas se realiza al ritmo de la respiración, con el objetivo de fortalecer tu cuerpo y mejorar tu flexibilidad, pero también tu sistema cardiovascular.
Iyengar es un yoga más estático, centrado en la alineación del cuerpo. Por último, el Hatha yoga es un yoga mucho más suave, más accesible a personas mayores por ejemplo.

El yoga tiene muchos beneficios que pueden mejorar la condición física de tu cuerpo. Entre las mejoras destacables, encontramos a menudo el ablandamiento de los músculos, un suave fortalecimiento muscular o incluso una mejora en la respiración. Los diferentes tipos de yoga mencionados en la introducción satisfarán estas necesidades.

También sabemos que la práctica regular de yoga puede corregir desequilibrios o errores posturales desarrollados a lo largo de la vida.

Un beneficio importante del yoga es el alivio de determinadas enfermedades crónicas, por ejemplo. Una práctica regular y adaptada le aliviará de su insomnio, de su ansiedad o incluso de sus migrañas, por ejemplo.

Patologías más graves como la epilepsia o la depresión también pueden aliviarse gracias al yoga. En el caso de la depresión, por ejemplo, aunque no existe una “depresión típica”, sabemos que el yoga puede ayudar a recuperar la energía, la confianza en uno mismo y una cierta serenidad que, por supuesto, será útil para la persona afectada.